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  • Una ciudadanía informada es fundamental para fomentar el debate democrático y fortalecer la sociedad. La rápida difusión de información falsa o engañosa, a través de campañas de desinformación por parte de actores nacionales o extranjeros, genera confusión acerca de hechos factuales, intensifica la polarización, distorsiona los debates sobre políticas públicas y deteriora la confianza de las personas.

  • En las sociedades democráticas, caracterizadas por la libertad de expresión y el diálogo como medios para alcanzar consensos, la integridad de los espacios informativos es fundamental. El acceso a diversas fuentes de información, contar con medios de comunicación independientes y un discurso libre y basado en hechos son requisitos necesarios para promover un debate democrático informado.

  • Esta introducción presenta una visión general de los desafíos a los que se enfrentan las democracias con respecto a la propagación de información errónea y la desinformación. Destaca la necesidad de que las respuestas gubernamentales se centren en promover la integridad del espacio informativo, en lugar de enforcarse en los contenidos. Asimismo, establece un marco estratégico para promover fuentes de información transparentes, responsables y plurales; fortalecer la resiliencia social e involucrar a todos los actores de la sociedad. Por último, analiza cómo mejorar las medidas de gobernanza y la arquitectura institucional para responder a la necesidad de fortalecer la integridad de la información.

  • Este capítulo explora las medidas políticas que promueven un mayor grado de rendición de cuentas y de transparencia de las plataformas digitales. También analiza la necesidad de abordar riesgos específicos en el espacio informativo, como la manipulación de la información y la injerencia por parte de agentes extranjeros, las campañas de desinformación en periodos electorales y los cambios introducidos por la Inteligencia Artificial. También ofrece una visión del papel esencial de un entorno mediático pluralista, independiente y sostenible para reforzar la integridad de la información.

  • Este capítulo analiza los esfuerzos encaminados a dotar a la ciudadanía de los conocimientos y habilidades necesarias para navegar un entorno informativo cambiante y complejo con una visión crítica. También explora el rol de la alfabetización mediática e informacional y de la comunicación pública para fomentar una sociedad más informada. Por último, analiza la importancia de promover las medidas participativas que involucran a los ciudadanos en el proceso de elaboración de políticas para reforzar la integridad informativa.

  • Este capítulo analiza cómo los países están actualizando sus medidas de gobernanza y su arquitectura institucional para fortalecer la integridad del espacio informativo. Estudia la función que desempeñan los marcos estratégicos y los mecanismos de coordinación intergubernamental para lograr un enfoque coherente en la elaboración de políticas públicas. También, analiza la necesidad de equipar a los funcionarios públicos con las competencias y los recursos necesarios para tener una mejor comprensión de los riesgos planteados por la desinformación. Por último, explora el papel de una gobernanza reglamentaria adaptada, que favorezca un entorno en el que pueda prosperar la información fiable y de calidad.