• Los trabajadores de la salud desempeñan un papel fundamental en la prestación de la atención médica a la población y en la mejora de los resultados de la salud. El acceso a servicios de salud de alta calidad depende de manera decisiva del tamaño, la combinación de aptitudes, la competencia, la distribución geográfica y la productividad del personal de salud. Los trabajadores del sector salud, y en particular los médicos y los enfermeros, son la piedra angular de los sistemas de salud. En la mayoría de los países, la demanda y la oferta de profesionales de la salud han ido aumentando con el tiempo y, por ejemplo, en los países de la OCDE los puestos de trabajo del sector salud y social representan más del 10% del empleo total (OCDE, 2016[1]).

  • Las consultas médicas son una medición importante del acceso general a los servicios de salud, ya que la mayoría de las enfermedades pueden tratarse en la atención primaria sin necesidad de hospitalizaciones y una consulta médica suele preceder al ingreso hospitalario. La capacidad de un país para dar seguimiento y promover las consultas efectivas como alternativa a las hospitalizaciones y evitar las hospitalizaciones innecesarias es una medición importante sobre malgasto (ver Capítulo 2).

  • El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 5 insta a utilizar tecnologías médicas seguras, eficaces y apropiadas, lo que en el último siglo ha influido profundamente en la prestación de servicios y en los resultados de salud, y ha sido un factor dominante en el crecimiento de los gastos de atención en salud (Lorenzoni et al., 2019[9]). Las unidades de tomografía computarizada (TC) y resonancia magnética (RM) ayudan a los médicos a diagnosticar una serie de afecciones al generar imágenes de los órganos y las estructuras internas del cuerpo. Los exámenes de RM no exponen a los pacientes a la radiación ionizante, a diferencia de la radiografía y la tomografía computarizada convencionales. La mamografía se utiliza para diagnosticar el cáncer de mama, y las unidades de radioterapia se utilizan para el tratamiento y los cuidados paliativos del cáncer. Estos equipos son fundamentales para dar una respuesta adecuada a las enfermedades, pero hay que encontrar un equilibrio para asegurar la sostenibilidad financiera, ya que son tecnologías caras.

  • En la mayoría de los países, los hospitales representan la mayor parte de la inversión fija total y las camas hospitalarias son una indicación de los recursos disponibles para los servicios a pacientes hospitalizados. Sin embargo, la influencia de la oferta de camas de hospital en las tasas de admisión ha sido muy documentada, lo que confirma que una mayor oferta suele dar lugar a un mayor número de admisiones (Ley de Roemer que "una cama construida es una cama llena"). Por consiguiente, además de la calidad de la atención hospitalaria (ver el Capítulo 7), es importante utilizar los recursos de manera eficiente y asegurar un acceso coordinado. El aumento del número de camas y de estadías nocturnas no siempre trae consigo resultados positivos en la salud de la población ni reduce el malgasto (ver el Capítulo 2).

  • La salud de las madres y sus bebés se beneficia de la atención prenatal, el parto asistido por profesionales médicos capacitados y el acceso a los establecimientos de salud para el parto, ya que reducen el riesgo de complicaciones e infecciones durante el parto (ver los indicadores "Salud reproductiva", "Nacimiento prematuro y bajo peso al nacer" y "Alimentación de lactantes y niños pequeños" en el Capítulo 4) (Measure Evaluation, 2019[13]). El Objetivo de Desarrollo Sostenible 3,7 pretende garantizar el acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva, planificación familiar, información, educación e integración de la salud reproductiva en las estrategias y programas nacionales para 2030.

  • En la región de LAC, alrededor de un tercio de las muertes en el primer año de vida ocurren durante el período neonatal (es decir, durante las primeras cuatro semanas de vida o los días 0‑27). La diarrea y la neumonía infantiles son las principales causas infecciosas de morbilidad y mortalidad infantil (OPS, 2017[16]). Los sistemas de salud bien organizados pueden reducir en gran medida el número de muertes infantiles, en particular al abordar las causas que ponen en peligro la vida de los niños durante el período neonatal e infantil. La atención básica para los lactantes y los niños comprende la promoción y el apoyo de la lactancia materna temprana y exclusiva (ver el indicador "Alimentación de lactantes y niños pequeños" en el Capítulo 4), la identificación de las condiciones que requieren atención adicional y el asesoramiento sobre cuándo llevar a un lactante y un niño pequeño a un centro de salud (Tomczyk, McCracken and Contreras, 2019[17]). Existen varias medidas preventivas y curativas eficaces y costo-efectivas, entre ellas la administración de suplementos de vitamina A, la vacunación, la terapia de rehidratación oral (TRO) contra la diarrea y el tratamiento antibiótico adecuado contra las infecciones respiratorias agudas (IRA).

  • Los trastornos mentales como la depresión y la ansiedad son muy frecuentes: el 15% de la población en edad de trabajar se ve afectada en algún momento dado. También el acceso a servicios es bajo: en todo el mundo, alrededor del 56% de las personas con depresión no reciben el tratamiento adecuado. Estos trastornos contribuyen de manera significativa a la reducción de la productividad, las ausencias por enfermedades, discapacidades y el desempleo, y se estima que los costos totales de la mala salud mental ascienden al 3,5‑4% del PIB en los países de la OCDE. Una prioridad particular de la prevención en la esfera de la salud mental se refiere al suicidio, que se estima que ocasionará 800.000 muertes en el 2018 (OMS, 2019[18]). A pesar de la enorme carga que las enfermedades mentales imponen sobre las personas, sus familias, la sociedad, los sistemas de salud y la economía, la atención de la salud mental sigue siendo un área desatendida de la política en materia de salud en muchos países (Hewlett and Moran, 2014[19]). Es probable que la inclusión de los temas de salud mental y abuso de sustancias en la Agenda de Desarrollo Sostenible tenga un impacto positivo en las comunidades y los países, subrayando la importancia de la promoción de la salud mental, el bienestar, la prevención y el tratamiento por abuso de sustancias.

  • Los niveles elevados de glicemia (glucosa en la sangre) pueden llevar al desarrollo de diabetes, una enfermedad crónica que puede tener serios efectos dañinos. En 2014, se estimó que unas 422 millones de personas tenía diabetes en el mundo, y en 2016, 1,6 millones de muertes se causaron directamente por esta enfermedad (OMS, 2018[22]). Mantener la glicemia de un individuo normal es muy importante, particularmente para quienes han sido diagnosticados con diabetes. La glicemia de ayuno (GA) contribuye al diagnóstico y monitoreo de la diabetes, y puede mantenerse controlada por el tratamiento efectivo con medicamentos hipoglucemiantes y como resultado de actividades de promoción de la salud. Por ende, el control de la GA es un indicador indirecto tanto de la promoción de una dieta y comportamiento saludables como del tratamiento médico de la diabetes, todo lo cual es provisto normalmente en atención primaria (OMS, 2019[23]).