• Una amplia gama de factores demográficos, sociales y económicos, así como los mecanismos financieros y organizativos del sistema de salud pueden explicar el nivel y los cambios evolutivos del gasto de salud de un país, tanto en lo que respecta a las necesidades de salud individuales como de la población en su conjunto.

  • Los mecanismos de financiación de la salud pueden clasificarse en términos generales según su naturaleza obligatoria o voluntaria, proporcionando cobertura contra el costo de la atención de la salud mediante la adquisición de dichos servicios. En algunos países, la atención de la salud puede financiarse en su mayor parte mediante planes gubernamentales por los cuales las personas tienen automáticamente derecho a la atención según su lugar de residencia. En otros casos, los planes de seguros médicos mandatorios (ya sea a través de entidades públicas o privadas), vinculados al pago de cotizaciones del seguro social o de primas de seguro médico sufragan la mayor parte del gasto sanitario. Además, una porción variable del gasto médico está constituida por los gastos de bolsillo familiares, ya sea como pagos independientes o como parte de acuerdos de copagos, así como por diversas formas de planes de pago voluntario, como los seguros médicos facultativos. En la región de LAC, la notable fragmentación de los sistemas de salud suele dar lugar a la coexistencia de planes de financiamiento y, en algunos casos, a la duplicación de los mismos (ver el Capítulo 2). En la región se encuentra la mayoría de los modelos estándar de financiamiento público (Lorenzoni et al., 2019[1]).

  • El gasto privado en salud se refiere al gasto en salud proveniente de agentes no públicos, y suele dividirse entre el gasto de bolsillo en salud (GBS), los esquemas de pago voluntario, y las fuentes externas. El GBS se refiere a los pagos efectuados para costear directamente la atención de la salud, mientras que los esquemas de pago voluntario se refieren al pago de primas de seguros privados que ofrecen cobertura para los servicios de proveedores privados. Los recursos externos incluyen los fondos para salud recibidos de diferentes donantes o fuentes similares.

  • Tal como se indicó en la sección anterior sobre el gasto privado y externo, los elevados niveles de gastos de bolsillo en salud (GBS) en la región representan un desafío no sólo para los gobiernos que buscan mejorar el acceso, sino también para las personas, los hogares y las comunidades. Un cuantioso GBS implica que la población financia de forma directa una parte sustancial de la atención médica cuando la necesita, lo que a su vez puede sumirla en la pobreza o atravesar penurias económicas. La incidencia mundial de gastos catastróficos equivalentes al 10% o más de GBS respecto de los ingresos o consumo del hogar se estimó en un 9,7% en el año 2000, 11,4% en el 2005 y 11,7% en el 2010. Esto significa que a escala mundial, 808 millones de personas en 2010 sufrieron gastos catastróficos en salud (Flores et al., 2018[2]). Además, un elevado GBS puede tener consecuencias en extremo negativas para el bienestar financiero y social de los hogares, sumiéndolos en algunos casos en la pobreza. Se estima que en el umbral de pobreza de 1,90 dólares diarios, la incidencia mundial de empobrecimiento bajó en el período comprendido entre 2000 y 2010, de 131 millones de personas (2,1% de la población mundial) a 97 millones de personas (1,4%) (Wagstaff et al., 2018[3]).