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  • Los mercados financieros juegan un papel clave en el financiamiento de las actividades económicas conduciendo a un mayor crecimiento y desarrollo económico. Este estudio puede considerarse como un libro blanco que provee un diagnóstico de la estructura actual del mercado de capitales de República Dominicana, así como recomendaciones en busca de un desarrollo sostenible de este mercado.

  • La crisis financiera internacional ha revelado la necesidad de una sana supervisión y regulación del sistema financiero y del mercado de capitales. Un esquema institucional adecuado y un desarrollo financiero sostenible permiten distribuir eficazmente los recursos necesarios para el desarrollo de una economía. Al igual que en otros países de América Latina y el Caribe, la profundidad de los mercados financieros de República Dominicana es reducida. El objetivo de este trabajo es identificar las acciones que se pueden llevar a cabo para un funcionamiento eficiente y eficaz del mercado de capitales en este país.

  • Este estudio analiza el panorama de los mercados financieros de República Dominicana y presenta recomendaciones para lograr una mayor profundidad y un mejor marco institucional del mercado de capitales. Un sano mercado de capitales es trascendental para el desarrollo y sostenibilidad de la economía del país. Factores como la emisión organizada de deuda pública y una curva de rendimiento favorecen el financiamiento a largo plazo y la gestión de riesgo para los agentes de la economía. Al mismo tiempo, el desarrollo sostenible de un mercado de bonos corporativos reduce el costo de financiación de las compañías y permite al sector bancario especializarse en deudores con mayores asimetrías de información.

  • Un desarrollo sostenible del mercado de capitales favorece el crecimiento económico. República Dominicana ha realizado reformas macroeconómicas, del sistema financiero y del mercado de capitales que han favorecido la estabilidad económica. Sin embargo, la penetración del sistema financiero y del mercado de valores es reducida con respecto al nivel de desarrollo del país. Fallas de coordinación en las políticas públicas relacionadas con los mercados financieros impiden su crecimiento. El contexto económico y político favorece el momentum para avanzar en el proceso de adopción de reformas para el desarrollo del mercado de capitales.

  • El rescate bancario realizado por el Banco Central tras la crisis financiera del 2003 resultó en un deterioro de su balance general, afectando igualmente las cuentas fiscales del gobierno central. Respecto a la balanza de pagos, el déficit en cuenta corriente se explica principalmente por los pocos mecanismos que tiene República Dominicana para contrarrestar los choques de precios de los rubros de importación, como importador neto de commodities. Se recomienda desarrollar un fondo que tenga un componente contra-cíclico que ayude a mitigar los choques sobre la balanza comercial y la implementación de una política que elimine las operaciones del Banco Central en el mercado cambiario a través de las emisiones de títulos.

  • La adecuada gestión de las políticas fiscales y monetarias así como la mejora del marco regulatorio y de supervisión de los intermediarios financieros han contribuido a que el sistema financiero dominicano haya resistido a la crisis internacional actual. El principal reto es incrementar la bancarización garantizando la solvencia del sistema financiero. Mientras que las altas tasas de interés activas dificultan el acceso a crédito para las empresas, las tasas pasivas son negativas en términos reales. Se recomienda continuar mejorando el marco regulatorio, a través por ejemplo de la implementación de criterios stress-testing, reglas contra-cíclicas a las provisiones y mejoras en el manejo del riesgo sistémico. Igualmente, con el fin de mejorar la información y evaluación de los riesgos inherentes al sistema financiero, se recomienda la elaboración de un reporte de estabilidad financiera realizado por el Banco Central.

  • El Banco Central continúa siendo el principal emisor en el mercado interno y sus títulos representan más del doble de las emisiones del gobierno central. La falta de coordinación y los diferentes propósitos entre estos dos agentes en la emisión de la deuda interna lleva a diferenciales de tasas de interés elevados para un mismo vencimiento. Se recomienda que ambas instituciones tengan una permanente comunicación con el fin de coordinar aspectos relacionados con las fechas de colocación y las características de los títulos emitidos, y empiece a realizarse la transferencia paulatina de títulos hacia un solo emisor. Para el desarrollo de capitales privado es necesario la creación de una curva de referencia cero riesgo constituida a partir de bonos de deuda pública de misma denominación y único emisor. En el largo plazo, al igual que en la mayoría de los países de la región y de la OCDE, la gestión de la deuda del Estado deberá realizarse por un solo actor.

  • A pesar del crecimiento sostenido desde 2005, el mercado de deuda privada está rezagado en términos de tamaño, madurez y concentración con respecto a la tendencia mundial. En el mercado primario, el largo proceso de emisión desincentiva las empresas a emitir títulos. Además, los emisores enfrentan grandes requerimientos y retrasos adicionales para que sus títulos sean adquiridos por inversionistas institucionales. En el mercado secundario, es necesario mejorar la eficacia de la plataforma de negociación, el sistema de liquidación y compensación así como el sistema centralizado de información para que se impulse la liquidez y se permita la formación de precios. La comunicación y la coordinación entre las diferentes superintendencias deben ajustarse con el fin de reducir los costos de transacción para los diferentes actores del mercado y gestionar adecuadamente los riesgos incurridos por los grupos financieros.

  • Los fondos de pensiones son los principales inversionistas institucionales y presentan un incremento sostenido en valor y plazo. Sin embargo, éstos invierten cerca del 90% de sus activos en instrumentos de deuda pública (en títulos del Banco Central mayoritariamente) o emitidos por intermediarios financieros, limitando así su impacto dinamizador sobre el sector real. Dicha concentración se explica por el elevado rendimiento-riesgo de los bonos de deuda pública con respecto a las demás opciones de inversión. En este sentido, la aplicación de restricciones cuantitativas ha prevenido una concentración aún mayor en títulos del Banco Central. A largo plazo, se recomienda la inclusión de nuevos actores como los fondos comunes de inversión. Sin embargo, de continuar la tendencia actual en la gestión de la deuda pública, medidas en busca de una expansión de mercados no lograrán aumentar el impacto de los inversionistas institucionales en el sector real de forma significativa.

  • La educación financiera es un elemento clave para el desarrollo del mercado de capitales. Es necesaria una campaña de educación financiera para cada tipo de ahorrador, involucrar empresas privadas a través de un mejor conocimiento del mercado de capitales y mantener los organismos reguladores altamente capacitados y competitivos. Adicionalmente, es recomendable una mayor participación del gobierno de manera focalizada, facilitando el acceso al financiamiento de pequeñas y medianas empresas fuera de los canales tradicionales de financiamiento. En el largo plazo, las remesas pueden ser fuente de la creación de dos tipos de instrumentos: la titularización de futuros flujos de remesas y los “bonos diáspora”. Finalmente, se debe continuar promoviendo nuevos productos financieros y una mayor base de inversionistas a partir de la cooperación con otras bolsas de la región.