El apoyo a la innovación y al desarrollo productivo es una herramienta central en las estrategias de desarrollo en economías abiertas y globales. Los países en desarrollo, si bien aún distan de los países de la OCDE en cuanto a su capacidad de introducir innovaciones en los mercados, registraron un incremento significativo en su dinamismo empresarial en la última década. Esto se debe en parte al elevado crecimiento económico de los últimos años, impulsado por la entrada de China en los mercados mundiales, y a las crecientes demandas de las nuevas clases medias que han surgido en esos países. En el marco de un renovado interés en la innovación, la creación de nuevas empresas de base tecnológica y con alto potencial de crecimiento es un fenómeno de una importancia cada vez mayor en los países en desarrollo, tanto en lo que se refiere a iniciativas del sector privado como a las políticas públicas. Sin embargo, existe aún poca evidencia en relación al estado del avance del fenómeno de las startups en los países en desarrollo y en qué forma lo apoyan las políticas públicas.

La innovación y la creación de nuevas empresas son factores determinantes para sostener el crecimiento en el mediano y largo plazos. En la economía global del conocimiento, la capacidad de los países de crecer de forma sostenida atendiendo al mismo tiempo las demandas de las “clases medias” emergentes depende en gran medida de su habilidad para generar nuevos empleos, cerrar la brecha de productividad e incrementar la competitividad de las empresas nacionales. Las nuevas empresas de base tecnológica son elementos importantes en la transformación productiva de un país y tienen potencial para convertirse en una fuente de dinamismo y diversificación de la economía. Sin embargo, se enfrentan a importantes barreras tanto para su creación como para su expansión, especialmente en los países en desarrollo.

Facilitar la creación de startups es un fenómeno de importancia creciente en los países de la OCDE y en las economías emergentes. Sin embargo, existe aún escasa evidencia en relación a cómo y con qué velocidad se están generando estas empresas y al papel de las políticas públicas en promoverlas en los países en desarrollo. Con los objetivos de identificar buenas prácticas y de favorecer el intercambio de experiencias entre países, este estudio analiza el papel de las políticas públicas en apoyar la creación y expansión de las startups en seis países de América Latina: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú.

Recientemente, el fenómeno de las startups ha atraído una atención creciente por parte de los medios de comunicación, de los especialistas en innovación y de los formuladores de políticas. La difusión de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) y los procesos de transformación de la organización de la producción a escala mundial, donde las empresas operan en redes cada vez más, han contribuido a generar un interés creciente en este fenómeno tanto en los países de la OCDE como en los países en desarrollo. Las startups apoyan el cambio estructural en la economía, al contribuir a introducir nuevos productos y servicios intensivos en conocimiento. Al mismo tiempo, contribuyen a sostener la innovación, aportan dinamismo a la productividad del sistema económico y generan oportunidades de empleo de calidad.

La innovación y la capacidad de introducir nuevos productos, procesos, servicios y modelos de negocio son cada vez más relevantes para sostener la productividad y el crecimiento del PIB en el mediano y largo plazo. La creación y el desarrollo de nuevas empresas innovadoras contribuyen a sostener la innovación en la economía y aportan dinamismo a la productividad y a la resiliencia del sistema económico (OCDE, 2005, 2010a y 2010b; Stangler, 2010; Endeavor-GEM, 2011; InnoGrips, 2011). De hecho, en los países más avanzados se registra una elevada correlación entre la existencia de una buena base de emprendedores innovadores, una mayor explotación de la base científica y tecnológica, y el crecimiento de la productividad (OCDE, 2005).